martes, 6 de noviembre de 2007

CENIZAS CANDENTES *

* La idea del relato que va a continuación surgió de un comentario que me dejó mi amigo Genín (http://miherenciablogspot.blogspot.com/) en mi casita del ciberespacio. De allí que seamos corresponsables por el resultado (Esto seguramente no le va a gustar mucho a Geni -shstshst...-






Testigo de su propia incineración desde la ignota altura, sintió un ligero escalofrío recorrerle el punto focal de su espalda. Se vio alongarse hacia lo abismal hasta tocar las cenizas. Introdujo sus manos friolentas en ellas, como hundiéndolas en la tibieza de la arena en una playa solitaria. Hubo de retirarlas con presteza pues las cenizas ardían todavía. Se miró con asombro las manos enrojecidas. Las observó con detenimiento mientras soportaba la incomodidad de un ardor que se acentuaba por momentos. -¡Se me están quemando las manos!- pensó espantado. Permaneció caviloso. No sabía explicarse que le sucedía, pero sentía que era algo absurdo e ingente al mismo tiempo. De pronto exclamó: -¡Claro! ¡Me estoy quemando con mis propias cenizas! ¡Me re-quemo! Y esto podría ser un proceso infinito. Me vuelvo cenizas otra vez. Me observo e introduzco mis manos en mis propios escombros incandescentes y vuelvo a quemarme… Y así, una vez y otra, sin término. ¿Es esto acaso el Averno? ¿Estoy condenado a purgar mis culpas de esta horrible manera?

Se despertó sudoroso. Necesitó algunos segundos para tomar conciencia del lugar donde se hallaba. Rememoró el sueño y se sintió intranquilo por la frecuencia de las pesadillas. Si bien sus sueños no eran recurrentes, hasta el momento, si le resultaban angustiosos ya que cada vez dejaban atrás la placidez y se tornaban mortificantes. Particularmente el que acababa de tener lo impresionó como ningún otro en tanto que planteaba una idea que muchas veces le había resultado atractiva para algún relato. No sabía si lo fantasioso de sus cuentos iba anidando en el subconsciente para luego aflorar en forma de pesadilla. Lo cierto era que al día siguiente de haber soñado con situaciones penosas o simplemente desagradables le costaba retomar su rutina con naturalidad. Los sueños estaban afectando su vida cotidiana. Por otra parte, una natural desconfianza hacia psiquiatras y psicólogos le impedía buscar ayuda profesional mientras su existencia se iba tornando cada vez más caótica. Cada día producía menos. Una especie de abulia lo dominaba entorpeciendo su disposición hacia el trabajo que siempre lo había acompañado.
Con el tiempo comenzó a tener temor de dormirse, a tal grado habían llegado la frecuencia y duración de las pesadillas. La escena de las propias cenizas se repetía ahora cada vez más aunque con algunas variantes. Comenzó a ingerir pastillas para mantener la vigilia, sin poder aprovechar ésta para el trabajo. Si bien el medicamento lo mantenía despierto, no le proporcionaba energías para la creación. El desvelo también comenzó a hacerse insoportable. Su mente despierta comenzó a embotarse y los ensueños fueron surgiendo progresivamente durante el insomnio artificial. Buscó en el alcohol un posible remedio. Retomó la costumbre de fumar, abandonada hacía varios años. En lugar de encontrar remedio, el humo del cigarrillo, los vapores del licor y el efecto de las pastillas conformaron una amalgama intoxicante que se volvió en su contra. Los sueños y las pesadillas se tornaron alucinaciones: se miraba a sí mismo revolcarse enloquecido en un montón de cenizas candentes, en tanto que los glaciares rayos lunares se le antojaban antorchas incandescentes, persiguiéndolo como perros furiosos.

Otra vez, alcanzada una especie de duermevela, vivió una nueva escena aterradora: de una gigantesca máquina mezcladora salían inmensos chorros de cenizas que caían sobre él, amarrado a su silla de escritorio sin poder huir… gritó desesperado y las cenizas penetraron en su boca quemando su lengua y traspasando su garganta hasta llegar, finalmente, al estómago. En el trayecto, el ardiente polvo iba corroyendo todo su organismo produciéndole un insoportable dolor. Se despertó aterrado y buscó la botella de licor en un intento por borrar la terrible escena del sueño… sentía hambre pero no tenía deseos de comer. El licor le resultaba amargo y quemante. Sintió que le ardía la garganta. No supo si era efecto del licor o del sueño. Pretendió escribir la experiencia onírica, pero sus manos y su mente embotada se negaron a secundarlo.
Una noche, mientras fumaba el décimo cigarrillo del día y consumía otro vaso de licor lo venció cansancio, o la borrachera, y se quedó dormido con un sueño intranquilo, desasosegado. Se repitió la escena donde se veía contemplando desde lo alto sus propias cenizas quemarse y de nuevo introducía sus manos en ellas, casi incandescentes. Sintió un terrible ardor y percibió un leve olor a carne chamuscada. Exhaló un grito terrible mientras abría los ojos para mirarse rodeado de llamas que se elevaban hasta el techo, como una inmensa hoguera en el vivac. El fuego hacía presa de las persianas de madera, de la colcha, de él mismo. Quiso huir y no encontró salida. Las llamas lo envolvieron totalmente. Sintió un terrible dolor. Trató de protegerse el rostro con los brazos y continuó gritando, gritando, gritando… hasta que el grito se convirtió en gemido y éste fue extinguiéndose progresivamente...

El Diario de la Mañana recogió la infausta noticia: “El famoso escritor A. D. M. falleció carbonizado en su residencia la noche anterior. Las autoridades manejan diferentes hipótesis como posibles causas del incendio”.
__________
Imagen tomada de Google.

14 comentarios:

Francisco Méndez S. dijo...

Hola:
Muy buen cuento. ¿Pueden nuestras pesadillas hacer realidad? o creemos que estamos dormidos y cuando estamos dormidos, es la realidad.
Me recuerda levemente, La noche boca arriba, de Cortázar.
Saludos

Alichín dijo...

Hola, amigo Ulysses: A veces la locura comienza a manifestarse en los sueños y quien sueña confunde aquellos con la realidad. En todo caso, la imaginación da para todo ¿No crees? Gracias por venir. Nos vemos pronto.
Un fuerte y amoroso abrazo.
Alichín

Inma dijo...

¡ Plas plas plas!!!!! Tu texto se puede ver de distintas formas. He pensado en el cigarro que tengo entre mis dedos, pero, no quise seguir pensando… de las cenizas siempre se puede resurgir, eso dicen…
Eres esplendida escribiendo, mi amiga, siempre espero tus relatos, me encantan aunque este da un poco de “yuyo” ajjajajajjaj
Biquiños gallegos y un fuerte abrazo

Genín dijo...

Glup, glup...Dejame tragar saliva, que todavia estoy "acongojado" tras la lectura, que alivio cuando terminé de leer.
Espero que nunca me de por soñar así, solo de pensarlo me puse a revisar las manos y brazos para cerciorarme de que no habia estado a la parrilla...
Podria ser una modalidad Dantesca del infierno ¿No?
Porque claro, es un suplicio eterno para el prota de tu relato (Que me niego rotundamente a ser yo...jajaja)
En fin, querida amiga, yo persisto en la idea, que prefiero la candela antes de que los gusanitos se me coman sin pagarme una locha por lo mas preciado que me queda: Mi cuerpo (Incluye el cerebro...jajaja)
Un besote ardiente, abrasado, y... salud, Genín

NORKA dijo...

Y yo que digo que no es malo soñar y màs si se hace profundamente.

Una cosa si le digo esto està como usted, magistral...se le quiere tanto como a su Reyna a quien vì, no se lo diga mucho pero su Reyna es para mi un TESORO.

Un beso de nuestro chocolate Profesora bonita.

Alichín dijo...

Hola encantadora amiga: Realmente es un relato algo macabro, no lo niego. No obstante, ese fue el "pie" que me dio Geni. Aunque de pronto, si me pongo cavilosa, puede ser que surja otro relato de diferente índole. Como que acepto ese reto.
Un fuerte y amoroso abrazo, querida amiga.
Alichín

Alichín dijo...

Hola encantadora amiga: Realmente es un relato algo macabro, no lo niego. No obstante, ese fue el "pie" que me dio Geni. Aunque de pronto, si me pongo cavilosa, puede ser que surja otro relato de diferente índole. Como que acepto ese reto.
Un fuerte y amoroso abrazo, querida amiga.
Alichín

Unknown dijo...

Alichín, me hizo pensar tu relato y llegué a una conclusión: soy un sueño mío. Me sueño soñando que escribo, que lucho y que vivo. Y cuando despierto se repite el sueño pero no estoy solo, te encuentro; y encuentro a otros hermanos de lucha y de sueños.¡Y vivo!. Gracias Alichín, a la que sueño y a la que está aquí conmigo. Un abrazo de mar

Alichín dijo...

Roberto: ¡Qué agradable iniciar la mañana con tan bellas palabras! Las siento mías y las considero de aliento. Para los sueños que no son pesadilla, sino aquellos que representan anhelos y nos acompañan durante cada etapa de la vida.
He sentido la brisa marina, que me llega desde tí, acariciar mis ojos y secar mi llanto. Lo comprenderás cuando leas mi próximo post.

Un fuerte y amoroso abrazo.

Alichín

Alichín dijo...

Norkita querida: Por supuesto que no es malo soñar. Lo desagradable son las pesadillas. Gracias por la visita y el elogio.
Sé de cierto que el afecto entre tú y Mi Reina es auténtico y firme. Ella también te quiere muchísimo, al igual que yo, porque te lo mereces. La bendición para Mako y cariños para los demás.

Un fuerte y amoroso abrazo.

Alichín

Unknown dijo...

Ali, he cambiado de blog. Vidas Infames ya no existe, fue una decisión que resultaría largo explicar. Mi nuevo blog es: quenoseademasiadotarde.blogspot.com y en él te espero "si es que decides regresar" (te lo digo en bolero para que te conmuevas y vengas)
Un abrazo, y Vivan los Estudiantes, como cantaba la Violeta Parra. Así haya pensamientos políticos diferentes lla libertad es única y sagrada.

Alichín dijo...

Roberto: Lamento realmene el cierre de tu magnífico Blog. Celebro la llegada del otro el cual, con toda seguridad, será tan bueno como el antiguo. Te visitaré seguro. Un fuerte y amoroso abrazo.
Alichín

Violeta dijo...

Hola, soy nueva en esto de los blogs. Entré en el tuyo por recomendación de Muxica, que además de ser mi tía, es la responsable de que entre en este mundillo. Lo poco que leí de tu blog me gusta, digo poco porque es para leerlo con calma y solamente lo miré de "pasada". Un abrazo desde Lugo.

Anónimo dijo...

Por que no:)