miércoles, 19 de septiembre de 2007

DEL VIEJO ARCÓN DE LOS RECUERDOS V



COSAS DE PUERTOS *


En mi infancia, yo conocí los barcos

y supe de los puertos:

Escuché las sirenas repetir, como un eco,

el llanto del adiós.


Contemplé los cadáveres de naves

llenos de orín y algas;

y las olas golpeando en el acantilado,

y las boyas flotando

como guardias de un bosque en movimiento.


Vi también las gaviotas

entre el humo que brota

desde las chimeneas de los buques en marcha.

Y el sollozo escondido, la sonrisa lejana.


Supe de la tristeza

del que se va y no vuelve;

del que se queda en puerto mirando el horizonte,

viendo como se borran en medio de la bruma,

las siluetas distantes de sus seres queridos.


Conocí la alegría de quien

volvió con vida...


Comprendí la nostalgia de quien

no partió nunca...

y quedó en la bahía imaginando nieves,

y campiñas y selvas y también otros mares.


Y descubrí en la noche del puerto solitario

transitar los fantasmas

de quienes no volvieron:

de los marinos viejos que murieron en tierra,

de los viejos marinos

que entregaron la vida en mitad del océano...

De quienes no han nacido,

pero saldrán mañana por esa misma rada...


...


Yo también, hace tiempo,

salí por ese puerto hacia otro puerto ignoto.


Y me quedé mirando el malecón amado

borrarse lentamente, como aquellas figuras

que dibujan las nubes cuando las borra el viento.


Vi apagarse, en silencio,

cada luz de mi puerto, cada techo de tejas,

cada gaviota altiva...


Y el contorno global

de esa hermosa bahía


¡Que nunca he vuelto a ver!


______

* De: Sensaciones de la vigilia. 1995.