martes, 15 de mayo de 2007

NUEVA DIMENSIÓN PARA LA AMISTAD

Me he conectado a un mundo nuevo, impalpable, inasible, etéreo... No obstante, allí está, existe... es... A veces, de una gran hermosura. Otras, terrible, hondo y oscuro... patético. Sin embargo y sobre todo ¡tan real! ¡tan auténtico!... Sí... lo más auténtico que he encontrado en mucho tiempo: Todos tienen algo que decir [se]. Algo que está escondido, atado dentro del pecho de algún ser. Sentimientos que oprimen o, que siendo tan grandes y maravillosos necesitan estallar para esparcirse y llegar a otros seres como gotitas esenciales de afectos, de carencias, de anhelos. Me imagino la necesidad de las personas de abrazar y ser abrazadas, de querer y ser queridas. Aquellas que aún no han descubierto la importancia de quererse a sí mismas, pero quieren querer a otros ¡No a uno! A muchos. ES LA SED DE AMISTAD. El reclamo por alguien que escuche sin interrumpir ¡Sin juzgar! Que escuche y nos entienda. Que escuche y nos comprenda. Que escuche y nos disculpe porque también él (o ella) necesita ser escuchado(a), entendido(a), disculpado(a)... Es un tráfico incesante de sentimientos entretejidos en una maraña invisible, un entramado pleno de significaciones diversas pero convergentes en el afecto... Un afecto que nace de pronto, espontáneo, sin explicaciones aparentes y se concreta en la realidad ¿En cuál? ¿Saben a qué me refiero? ¿Lo adivinaron?... ¡SÍ!... ESO MISMO. ESO QUE ESTÁN PENSANDO: ¡EN LA REALIDAD VIRTUAL!
Ese es el nuevo mundo. El que inventaron y nos obsequiaron la tecnología y la ciencia cibernética. Esas, que se han considerado frías, ajenas al humanismo y a los sentimientos, dejaron una rendija por donde subrepticiamente se colaron caravanas de afectos, de emociones ayunas de compañía y los cuales ¡oh estupor! encontraron un eco en otros tantos afectos y emociones, semejantes o disímiles pero enlazados por un hilo unificador:

LA PECULIAR AMISTAD DEL MUNDO DE LA BLOGSFERA

¡Saludémosla! ¡Con pitos y fanfarrias como a una reina de belleza!

Porque es el mundo donde podemos decir y soltar todo lo que en un momento nos molesta o nos hace felices, sin caretas, sin tapujos. Posiblemente porque nos sentimos protegidos por el anonimato o porque no nos estamos mirando a los ojos, frente a frente, o porque el rubor es invisible. O, por todo eso junto, lo escrito en un blog es lo más sincero y auténtico (casi siempre). Pero, además, porque ese tipo de amistad nos era y nos es necesario. Tal vez, por medio de esa hermandad pueda construirse una cadena de favores (como la propuesta en la película homónima) o algo parecido, aumentada en progresión geométrica hasta construir un manto, inconmensurable, capaz de arropar el planeta ¡o la galaxia entera! uniéndonos en un gran abrazo cosmoblógico*.

________

*Reclamo la maternidad del término (Jajaja)

No sé si este tema ha sido ya tratado en otro(s) blog(s) y, por tanto, estoy siendo reiterativa... Pero, es mi sentir de hoy...

___________________________________________________________

Inserto, a propósito de la amistad, las siguientes reflexiones:

Amigos

Vinicius de Morais

Tengo amigos que no saben cuánto son mis amigos. No perciben el amor que les profeso y la necesidad que tengo de ellos. La amistad es un sentimiento más noble que el amor, es que permite que el objeto de ella se divida en otros afectos, en cuanto el amor tiene intrínseco los celos, que no admite rivalidad. Y yo podría soportar, sin embargo no sin dolor, que hubiesen muerto todos mis amores ¡Mas enloquecería si muriesen todos mis amigos! Hasta aquellos que no perciben cuánto son mis amigos y cuánto mi vida depende de sus existencias...

A algunos de ellos no los frecuento, me basta saber que ellos existen. Esta mera condición me llena de coraje para seguir en frente de la vida. Mas, porque no los frecuento con asiduidad no les puedo decir cuánto gusto de ellos. Ellos no lo creerían. Muchos de ellos están leyendo esta crónica y no saben que están incluidos en la sagrada relación de mis amigos. Mas, es delicioso que yo sepa y sienta que los adoro, aunque no se los diga y no los frecuente. Y las veces cuando los frecuento, noto que ellos no tienen noción de cómo me son necesarios. De cómo son indispensables a mi equilibrio vital. Porque ellos hacen parte del mundo que yo, trémulamente, construí y se tornaron fundadores de mi encanto por la vida.

Si uno de ellos muriera, yo quedaría torcido para un lado. Si todos ellos murieran ¡Yo me desmoronaría! Es por eso que, sin que ellos sepan, yo rezo por su vida. Y me avergüenzo, porque esa súplica está, en síntesis, dirigida a mi bienestar. Ella es, tal vez, fruto de mi egoísmo. A veces, me sumerjo en pensamientos sobre alguno de ellos. Cuando viajo y estoy delante de lugares maravillosos, me cae alguna lágrima porque no están junto a mí compartiendo aquel placer...

Si alguna cosa me consume y me envejece es que la rueda furiosa de la vida no me permite tener siempre a mi lado, habitando conmigo, hablando conmigo, viviendo conmigo, a todos mis amigos, y, principalmente los que sólo desconfían o tal ve nunca van a saber que son mis amigos.

La gente no hace amigos,

los reconoce.