lunes, 8 de septiembre de 2008

UN ENCUENTRO INOLVIDABLE






Hace ya un tiempo, en uno de mis posts, escribí sobre la red como instrumento para fomentar la amistad. Me refería en aquel entonces a la forma cómo se iban tejiendo lazos de afecto entre personas desconocidas que compartían la afición por escribir y comunicar cualquier asunto por medio de los blogs: sentimientos personales, inquietudes sociales, divulgación literaria o de artes plásticas, anécdotas, poemas, relatos, en fin, cualquier tema susceptible de ser transmitido a través de la escritura y suscitar algún interés en los eventuales lectores. Expresé mi experiencia personal, en tanto que he tenido la suerte de "conocer" personas excelentes en muchas dimensiones y a quienes he brindado mi afecto y he sido retribuida de la misma manera. Algunas personas respondieron diciendo que no todo era "color de rosa" en este espacio y, de hecho, sí he tenido noticias de asuntos muy desagradables e ingratos que han tenido que padecer ciertos contactos por causa de comentarios de mala fe expresados también a través de este mismo medio. Por fortuna, estos casos son los menos (es lo que he podido sentir hasta el momento). En cambio, esas especies de clubes cibernéticos que están tan de moda, como es el caso de Facebook han servido para encuentros mucho más profundos e importantes que establecer una nueva amistad. Tenemos el caso del querido amigo que encontró una familia cercana de la cual no tenía la menor idea y de muchos amigos de infancia que se han reencoantrado ingresando a ese club, con el consiguiente reinicio de una amistad suspendida. El caso que me ocupa hoy tiene que ver con el encuentro de personas que detentan un mismo apellido, el cual llevan con gran orgullo. Se trata del grupo Los Párraga en facebook.



En efecto, hace algún tiempo ingresé al club sin mucho entusiasmo, más bien impelida por la insistencia de algunos amigos que, en aquel momento, me resultaron algo molestos. No obstante, sabiendo que insistían con buena intención, me inscribí. Pasó algún tiempo sin ninguna novedad... De pronto, alguien con mi mismo apellido requería mi amistad. Por supuesto, respondí afirmativamente. Con frecuencia fui recibiendo requerimientos amistosos con gente que ostenta el apellido Párraga sintiéndose orgullosa de ello. Incluso desde otros países. A mi vez me entusiasmé y comencé a buscar personas conapellidadas. Descubrí la sobrina de una gran amiga e hija de un compañero de estudios secundarios, allá por los años 40/50 [¿Antes del Diluvio?]. Me hice amiga de jovenzuelos, personas maduras y otras no tanto. Hasta que un día apareció un grupo bautizado como Los Párraga en facebook. No hay que dudarlo: me uní a él de inmediato. En Venezuela, aparentemente, hay tres núcleos importantes de Párraga: Valencia, Maracay y Maracaibo. De los de Maracay, más numerosos en el grupo/club, surgió la idea de encontrarnos en algún momento: Comenzó así la labor y preparación del Primer encuentro Párraga, 2008. Después de varias reuniones de un "equipo promotor" [magistralmente liderado por Rafael Angel Párraga García] se acordó efectuar el evento en la ciudad de Maracay (Estado Aragua) el 23 de agosto de este año. Y así fue... En un festejo inolvidable nos dimos cita muchos Párraga residentes en Venezuela (lamentablemente no asistieron todos). Fue un lindo sarao, excelentemente organizado y subvencionado con el aporte de todos y nos reunimos alrededor de unas doscientas personas (aproximadamente), en un precioso lugar maracayero (La Casa Portuguesa) en donde se dispuso de un enorme salón, bellamente decorado y con deliciosos manjares y postres. Una camiseta verde manzana, con una leyenda en la espalda en letras azules: Soy un Párraga. En el frende tres manos superpuestas simbolizando las tres ramas de ese apellido (orieundo de Galicia) diseminadas por el país en el Siglo XIX. Todo el mundo, sin distinguir edad o sexo, ataviado con la misma camisa: una nube esmeralda llena de afecto y calidez humana, de hermandad... De un cariño surgido repentinamente entre personas que nunca nos habíamos visto... Abrazos estrechos, cálidos y llenos de sinceridad.






El evento comenzó con la celebración de la Santa Misa. Un hermoso sermón del Sacerdote sobre la unión familiar. Luego, "el bonche", la diversión y el encuentro. Particularmente, hallé dos Alicias más... Y ese montón de personas alegres, encantadoras a quienes, desde ese instante, considero mi familia.


Desde ya, se comienzan los preparativos para el Segundo Encuentro, en el próximo año. A mí me encantaría que pudiésemos reunirnos en Navidad. Fecha propicia para la unión de la familia.












He querido compartir con mis amigos del ciberespacio la emoción y la alegría que ese encuentro me produjo. Verdaderamente, un encuentro inolvidable. Ojalá sea para siempre o, al menos, para mucho tiempo... Eso espero.
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